TAL DIA COMO HOY: 14 de
Noviembre
Tal día como hoy de
1983: Julio Cesar Iglesias bautiza a La Quinta del Buitre.
Todo empezó con un artículo de Julio Cesar Iglesias
publicado en el diario El País. En dicho artículo y bajo el titular “Amancio y
la quinta de "El Buitre”, el periodista hablaba de una generación de jugadores que
maravillaban en el Castilla, líder de Segunda División, entrenado entonces por
Amancio Amaro. Esos futbolistas eran
Miguel Pardeza, Emilio Butragueño, Rafael Martín Vázquez, Manolo Sanchís y José
Miguel González Martín del Campo, “Michel”.
Dedicarle una página de un diario de información general a
un grupo de jugadores de Segunda División que militaban en un equipo filial,
por mucho que jugaran en el líder de la categoría, resultaba bastante
sorprendente. Sin embargo, no tardó mucho el tiempo en demostrar el buen ojo del
periodista. Al final de su artículo, Iglesias,
instaba a Alfredo Di Stéfano, entrenador entonces del Real Madrid, a convocar
con el primer equipo a estos talentosos jugadores.
Apenas 20 días después de la publicación del artículo, el 4
de diciembre, debutan en el estadio de La Condomina Martín Vázquez y Sanchís,
siendo este último el autor del tanto de la victoria madridista (0-1) sobre el
Murcia. Unos días más tarde fue Pardeza el que jugó unos minutos con el primer
equipo ante el R.C.D.Español. El 5 de febrero de 1984, era el turno para
Butragueño. “El Buitre”, como era
apodado, (de ahí el nombre de La
Quinta), entró al campo sustituyendo a Santillana cuando el equipo perdía 2-0.
Al terminar el encuentro el Madrid salía del Carranza con una victoria por 2-3,
después de que Butragueño marcara dos goles y diera el pase del tercero. Acaba
de nacer una estrella. El último de los
integrantes, Michel, tuvo que esperar hasta la temporada 1984/85, ya con
Amancio en el banquillo del primer equipo, para debutar, si bien es cierto que
el 11 de abril de 1982 debido a una huelga de futbolistas, el Madrid echó mano
del filial y Michel jugó ante el Castellón su primer partido con el primer
equipo, marcando el gol de la victoria blanca.
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Los cinco integrantes de “La Quinta” eran muy distintos
entre sí y debido a sus posiciones cubrían prácticamente la totalidad del
rectángulo de juego, lo que les hacía complementarios. Sanchís era un
centrocampista de magnifica conducción, siempre con la cabeza arriba, y que
pronto retrasó su posición al centro de la defensa, donde su inteligencia, su
colocación y su elegante salida con el balón le convirtieron en un fijo en el
once madridista durante más de quince años. Michel podía jugar en la derecha o
en el centro, pero era desde la derecha donde sus centros se convertían en
letales. De Martín Vázquez se decía que era el más técnico de la camada.
Dominaba las dos piernas, se asociaba con facilidad, tenía muy buen disparo y
se movía con destreza por toda la medular. Butragueño era la chispa, la magia,
capaz de detener el tiempo dentro del área ante la impotencia de los defensas
rivales. Pardeza era la suma de potencia, astucia y habilidad. El onubense fue
el primero en dejar la nave blanca, poniendo rumbo a Zaragoza en 1987. “No puedo
luchar contra un mito” dijo el día de su despedida, el mito no era otro, claro
está, que Emilio Butragueño.
Con el mismo común denominador: el talento, los cinco chicos
fueron un soplo de aire fresco para un Real Madrid que no pasaba por su mejor
momento. La aparición de este grupo de chavales intrépidos, talentosos y
descarados fue una bendición para el Real Madrid y, por ende, para el fútbol español.